Yo me pregunto... ¿Dónde van los besos que no damos? ¿Existe un cajón donde guardar las cosas importantes no hechas? ¿Me va a dar la vida otra oportunidad para decirle a mi gente que les quiero, uno por uno? A veces la idiotez humana es suprema.
No abrazamos porque nos da vergüenza... eso es de débiles.
No besamos porque nos da vergüenza... eso es para moñas.
No decimos te quiero porque nos da vergüenza... eso es para románticos.
No lloramos delante de nadie porque nos da vergüenza... eso es de flojos.
No miramos a los ojos del de en frente porque nos da vergüenza... eso es para enamorados.
¿A la muerte le va a dar vergüenza llevarnos?
¿La juventud va a sentir vergüenza por irse, y dejarnos sin fuerza?
¿Y la vida, va a sentir vergüenza de llevarse a nuestros seres queridos?
Dejamos de hacer todo lo que nos apetece o nos llena de felicidad por vergüenza, por miedo, por inseguridad, porque eso no es para nosotros. Hasta que llega un día en que sientes que debes decir te quiero a alguien, dar un beso a otro alguien, o abrazar y no soltar a un tercero. Pero de repente intentas levantarte y no puedes. Estás atrapado en un infierno donde ya no puedes moverte, donde ya no puedes hablar con nadie ni hacer todo aquello a lo que no te atreviste un día. Y es muy tarde para dar marcha atrás. La vida se ha ido y con ella todos tus propósitos para ser feliz.
No hay un cajón con los besos que no diste guardados, ni con los te quiero que no dijiste doblados por la mitad, esperando ser entregados en un sobre con una carta de amor. Tampoco existe el cajón de los perdones que no te atreviste a pedir, ni el de los abrazos que no supiste dar por no levantar los brazos en el momento adecuado.
Ya lo ves, nadie nos va a guardar lo que queremos dar y nos quedamos, ni lo que queremos decir y nos callamos. Así que si hoy te apetece gritar, hazlo. Si mañana te apetece saltar, salta. Si tienes ganas de besar besa, y si lo que quieres es llorar... llora. Porque mañana la vida se habrá ido y habrá un cajón rebosando de cosas por hacer que ya nunca vas a poder abrir.
Canción del post: Todos los besos-Los Rebujitos y la Comparsa de Tarifa.
Esta canción es especial, porque la primera vez que la escuché estaba tumbada en la playa de Tarifa, con un ángel a mi lado llamado Ana. Esa amiga tan especial que vive muy lejos, pero que siempre tengo presente, en todos los momentos de mi vida. Por último es especial porque la comparto con otro ángel, porque sólo él y yo sabemos lo que es escuchar la musiquita del principio y automáticamente, sentir algo en el corazón que te transporta hasta el lado del otro. Te quiero mucho AMIGO, te lo repito a diario, y quiero que lo tengas presente siempre.