jueves, 10 de marzo de 2016

Todos los besos posibles.

 Yo me pregunto... ¿Dónde van los besos que no damos? ¿Existe un cajón donde guardar las cosas importantes no hechas? ¿Me va a dar la vida otra oportunidad para decirle a mi gente que les quiero, uno por uno? A veces la idiotez humana es suprema.
No abrazamos porque nos da vergüenza... eso es de débiles.
No besamos porque nos da vergüenza... eso es para moñas.
No decimos te quiero porque nos da vergüenza... eso es para románticos.
No lloramos delante de nadie porque nos da vergüenza... eso es de flojos.
No miramos a los ojos del de en frente porque nos da vergüenza... eso es para enamorados.

¿A la muerte le va a dar vergüenza llevarnos?
¿La juventud va a sentir vergüenza por irse, y dejarnos sin fuerza?
¿Y la vida, va a sentir vergüenza de llevarse a nuestros seres queridos?

Dejamos de hacer todo lo que nos apetece o nos llena de felicidad por vergüenza, por miedo, por inseguridad, porque eso no es para nosotros. Hasta que llega un día en que sientes que debes decir te quiero a alguien, dar un beso a otro alguien, o abrazar y no soltar a un tercero. Pero de repente intentas levantarte y no puedes. Estás atrapado en un infierno donde ya no puedes moverte, donde ya no puedes hablar con nadie ni hacer todo aquello a lo que no te atreviste un día. Y es muy tarde para dar marcha atrás. La vida se ha ido y con ella todos tus propósitos para ser feliz.
No hay un cajón con los besos que no diste guardados, ni con los te quiero que no dijiste doblados por la mitad, esperando ser entregados en un sobre con una carta de amor. Tampoco existe el cajón de los perdones que no te atreviste a pedir, ni el de los abrazos que no supiste dar por no levantar los brazos en el momento adecuado.
Ya lo ves, nadie nos va a guardar lo que queremos dar y nos quedamos, ni lo que queremos decir y nos callamos. Así que si hoy te apetece gritar, hazlo. Si mañana te apetece saltar, salta. Si tienes ganas de besar besa, y si lo que quieres es llorar... llora. Porque mañana la vida se habrá ido y habrá un cajón rebosando de cosas por hacer que ya nunca vas a poder abrir.


Canción del post: Todos los besos-Los Rebujitos y la Comparsa de Tarifa.

Esta canción es especial, porque la primera vez que la escuché estaba tumbada en la playa de Tarifa, con un ángel a mi lado llamado Ana. Esa amiga tan especial que vive muy lejos, pero que siempre tengo presente, en todos los momentos de mi vida. Por último es especial porque la comparto con otro ángel, porque sólo él y yo sabemos lo que es escuchar la musiquita del principio y automáticamente, sentir algo en el corazón que te transporta hasta el lado del otro. Te quiero mucho AMIGO, te lo repito a diario, y quiero que lo tengas presente siempre.

martes, 8 de marzo de 2016

¡Mujer!

¡Mujer! Destello de luz cada amanecer. 

¡Mujer! Agua fría que sacia la sed. 

¡Mujer! Valentía callada.

¡MUJER! Única y por todos amada.

Esas manos suaves que se endurecen al tiempo que los años caen encima, esos ojos alegres que todo lo alegran al abrirse. Tu piel, curtida en mil batallas y tu corazón lleno de heridas. Ayer fuiste y mañana serás, no creas que te irás tan fácil. Siempre luchando por tus pequeños y grandes soldados. Por los novatos y los veteranos. Sin olvidar a los que se fueron, ya piensas en los que vendrán. Todo lo controlas, no hay detalle que se te escape ni guerra que no venzas.

Con tu ternura cuidas y proteges,
Desde el vientre hasta la muerte.
Con tu fuerza traes al mundo
Y das la vida por los tuyos.
Con tu amor transmites felicidad,
Y tu sonrisa ilumina cualquier oscuridad.

Si alguien te dice que eres el sexo débil
Es porque eres su debilidad.
Para que una flor crezca la tienen que regar,
Y para que nazca una nueva vida... tú la tienes que gestar.

¡MUJER! Siempre valiente, siempre firme... siempre bella, siempre imprescindible.


PD: este post va dedicado a todas las mujeres, pero en especial a las mujeres de mi vida. Hoy se merecen que las nombre una a una: Angelines, Nuria, Pepa, Emilia, Juana Mari, Aurora, Mariángeles, Tere, Pili, Noelia, Luisi, Maribel, Miriam, Tamara, Mireya, Alba, Lucía, María, Cora, Mari, Raquel, Ana,  Maricarmen y mi seño Emilia. Seguro que me dejo a muchas por el camino, pero con ser lo mitad de buena mujer que cualquiera de ellas, me conformo.

¡FELICIDADES, MUJERES!

Canción del post: Ella-Bebe https://www.youtube.com/watch?v=i7X6nO0R9jA



lunes, 7 de marzo de 2016

Cuando me hablan de ti

Cuando escuches mi nombre, disimula. Gírale la cara a los recuerdos. Tumba de una patada la nostalgia que te produzca pensar en mí. Que nadie se dé cuenta de lo que nos quisimos. Que no se note el dolor que sientes asimilando que ya no estoy en tu vida. Porque si nos alejamos fue por los dos. Ahora seríamos lo que fuimos si no hubiera sido por nosotros.

Qué complejo parece, ¿verdad? Pues a ti te resultó muy fácil entonces. O eso intentaste aparentar. Aunque yo sé que en el fondo, cuando te hablan de mí, sufres. Y al llegar a casa entras en tu habitación, cierras los ojos y piensas en nosotros. En las risas que nos echamos y los besos que nos robamos. En esas miradas que lo decían todo y esas manos juguetonas que acariciaban cada poro de mi piel con una sonrisa pícara. Sientes cómo la espada del pasado te atraviesa, y con ella mi esencia. El sabor de mi cuello y el aroma de mi pelo. Conozco cada paso que das cuando escuchas mi nombre o te cuentan de mí.
Lo conozco porque cuando me hablan de ti a mí me pasa lo mismo. Me hago preguntas sin respuestas, o con estas ya aprendidas. Si alguien me dice su nombre y coincide con el tuyo, automáticamente mi mente lo pone en la lista del "no". Porque aún te siento tan dentro que no hay cabida para nadie más.

Solo espero que la piel no se nos erice cuando nos veamos. Porque te juro que como ese sentimiento recorra mi cuerpo, no respondo de mis actos. No prometo disimular, no me comprometo a girarte la cara y hacer como si nada. Te juro que te vas a acordar de lo que fuimos. Han sido demasiadas las patadas que he dado a la añoranza de lo vivido contigo. La poca fuerza que me queda, la reservo para levantar los brazos y rodear tu cintura cuando te vea, como hice tantas veces en la oscuridad de aquella calleja. Para que mis dedos recorran tu espalda, para que mis ojos se cierren al son de tus caricias. Mi fuerza será tuya, como lo fui yo tantas noches de verano, otoño y primavera. Y me da igual que entonces sea invierno.

Pero si me hablan de ti... tú tranquilo, que yo disimulo.



Canción de este post: Cuando me hablan de ti-La Húngara

domingo, 6 de marzo de 2016

Niña voladora.

¡Escucha niña! Sal a la calle y vuela.
...
¿Que no tienes alas? ¿Quién ha dicho eso?
...
Es cierto, no te salen dos raíces blancas de los hombros, que al agitarlas te levantan del suelo. Está bien, está bien. Olvida las alas. Tampoco estás dormida y sueñas. A veces lloras sin tener lágrimas, ¿no? Y una última cosa... ¿nunca has sentido que estabas flotando, aun teniendo los pies en el suelo? A eso me refiero, niña. No ver algo no significa que no lo tengas.
...
Tus alas son la valentía, la fuerza y las ganas de volar.
Tus alas son la felicidad que buscas.
Tus alas son las personas que te acompañarán en el vuelo.
Tus alas son la tranquilidad de saber que te esperan a tu regreso.
Tus alas son las risas que te vas a echar cuando estés en el aire.
...
¿Qué más necesitas para irte de viaje, que un billete de ida y una maleta llena? Es el momento de coger el timón, soltar todo lo que te sobra, lo que pesa, lo que te impide despegar. Hay veces que resulta muy difícil, sí, pero solo depende de ti hacerlo, de tu voluntad y tu decisión. ¿Hasta cuándo vas a pensar que no tienes alas? ¿Cuándo vas a dejar de creer lo que te digan? ¿En qué momento vas a mandar tú sobre tu vida? Ya te respondo yo: cuando tú quieras.
...
Un domingo soleado es un buen día para echar a volar, dejando atrás lo que no te gusta, lo que te impedía salir a la calle. Hazlo hoy y mañana te alegrarás. Porque igual el domingo que viene es tarde, y el lunes será un día más en tu letargo. Date tiempo en tu vuelo para hacer todo lo que te apetezca. Échate unas risas y unos bailes. Duérmete la siesta, tómate un donut de chocolate y besa los labios que sepan a fresa.
...
¡Escucha niña! Sobre todo no olvides hacerlo mientras vuelas, porque en cualquier momento alguien vendrá a intentar cortarte las alas para que caigas al suelo.


Foto: Daniel Vega Fotografía (www.facebook.com/DanielVegaFotografia)
Canción del post: Niña voladora-Juanito Makandé.

viernes, 4 de marzo de 2016

Si los hombres han llegado hasta la luna.

Hay momentos en la vida en que sentimos que ya no podemos más. Que hemos dado todo de nosotros, y que ha llegado el momento de parar. No me refiero al deseo de desaparecer, sino al de dejar a un lado aquello por lo que hemos luchado durante mucho tiempo, porque pensamos que es inútil seguir intentándolo y que no lo vamos a conseguir nunca. Todos hemos tenido esa sensación alguna vez, y el que diga lo contrario, miente. Y yo me pregunto... ¿qué se puede hacer ante ese sentimiento de fracaso, de impotencia, de no poder más, de haber llegado al final de la lucha? Hay muchas respuestas posibles, a mí solo se me viene a la mente una: pensar en todo lo que ya has logrado antes, a lo largo de tu vida. Si eso fue viable, ¿qué hay que no puedas hacer? Eres invencible, ya te lo has demostrado en otras ocasiones. ¿Por qué ahora iba a ser distinto?
Si los hombres han llegado hasta la luna,
Si desde Sevilla puedo hablar con alguien que esté en Nueva York,
Si la medicina cura lo que antes era una muerte segura,
Dime, ¿por qué no lo vamos a intentar?
Hay una frase que se repite a lo largo de nuestros días, que tarde o temprano la volvemos a escuchar una y otra vez... Dicen que todo tiene solución menos la muerte. ¿Es que acaso esto no es cierto? Mientras estés vivo, mientras tengas el poder de despertar cada mañana, ¿hay algo que no puedas conseguir? Lo más difícil es vivir, y ya lo estás haciendo con éxito. Decía una grande al menos para mí como Rocío Jurado que el mayor espectáculo de la vida es ver amanecer. Y tenía razón. Por desgracia hay muchas personas que cada día emanan su último suspiro. Que se van y ya no regresan jamás. Que parten a quién sabe dónde, dejando muchas cosas por hacer. Es entonces cuando ya no hay marcha atrás, cuando ya no puedes dar el paso de intentarlo una vez más.
Si la bella con un beso convirtió a la bestia en un galán,
Si las flores se marchitan y más tarde vuelven a brotar,
Si hay abuelos que se quieren, y su amor es todo lo que tienen,
Dime, ¿por qué no lo vamos a intentar?
Porque yo también he tenido esta sensación alguna vez, porque yo también creí un día que ya no podía intentarlo más, y empujé otro poquito y lo conseguí. Porque nada de lo que nos parece terriblemente grave es tal. Porque aunque hayamos perdido muchas batallas, mientras tengamos las armas suficientes para luchar, la guerra no está perdida. Esas armas se llaman vida, y lo primero a lo que tenemos que derrotar es a nosotros mismos: a nuestros miedos, al orgullo, a la inseguridad. A esa voz que nos dice "no puedes". Porque cuando nos vayamos y no tengamos opción de regresar, esa voz egoísta va a desaparecer para ir a por otra persona a quien derrotar, y en su lugar nos dejará para siempre una voz sustituta que nos dirá constantemente: por qué no lo intenté una vez más.


Canción del post: Si los hombres han llegado hasta la luna-Siempre así.

Cuestión de piel.

He dado muchas vueltas al tema de cómo estrenar este blog. Y qué mejor forma que poniendo por título una frase de Vanesa Martín. Pero de ella os hablaré otro día. ¿Por qué ese título? Porque en este blog quiero transmitir desde dentro de mí. Lo que mi alma me pide, lo que mi piel siente.
Siempre me ha encantado escribir, y todos los que me conocen, lo saben. Desde bien pequeña redactaba noticias, reescribía cuentos y plasmaba en un papel todo lo que se me venía a la mente. Siempre escuché la frase "de mayor tienes que trabajar en lo tuyo, en lo que a ti te guste". Poco tardé en comprender que lo mío era contar. Sí, contar algo, daba igual el qué. Me encantaba explicar a todo el mundo mis vivencias, contar historias y también escucharlas. Nunca me quedaba una pregunta por hacer, por muy inoportuna o entrometida que esta fuera.
Cuando crecí y llegó el momento de marcharme del colegio, de empezar el instituto la etapa más maravillosa de mi vida, alguien me dijo una frase que grabé a fuego en mi memoria: "cuando salgas de ahí, camino de la Universidad, tienes que ir mínimo a por Periodismo. Luego haces lo que te dé la gana, cualquier otra cosa que te llame la atención. Pero primero, Periodismo". Desde entonces supe el significado de lo que significaba "estudiar lo mío".
Ahí empecé a darle vueltas y hoy, siete años y medio después, estoy haciendo lo que me gusta. Ya es el segundo año y, aunque muchos se hayan empeñado en ponerme piedras en el camino, aunque mi mente me haya jugado malas pasadas haciéndome creer que esto no era lo mío y que tenía que dejarlo y cambiar de opción, siempre he seguido creyendo que yo he nacido para ser Periodista.
He escrito mucho, dedicado y sin dedicar, inventado o real, pensando en mí y en los demás. Pero nunca me he atrevido a dar el paso de hacerlo público. Hoy empiezo un caminito que espero que compartáis conmigo, que os guste y que si no es así, me lo hagáis saber. Me encanta aprender y mejorar. Y qué mejor forma, que escuchando a los demás. Después de todo, en eso consiste ser Periodista, mi futura profesión: contar algo a la gente, que eso, para bien o para mal, les impacte, y te digan si les gusta o no cómo lo haces. Pues aquí estoy, abriéndome al mundo que me espera el resto de mi vida. Ojalá quienes me queréis me sigáis de la mano. Con eso habrá merecido la pena el esfuerzo.
¡GRACIAS POR LEERME!

Pd: siempre voy a adjuntar una canción a mis escritos. Hoy, para inaugurar el blog, y haciendo honores al título de la entrada, os dejo una letra que llega al alma y roza la piel.
Polvo de mariposas-Vanesa Martín. https://www.youtube.com/watch?v=HagNaNs1ejA